Esto lo arreglo en dos patadas

Sentido común es indignarse cuando te toman por tonto.

Archivos mensuales: marzo 2011

El orden de los factores

En otra muestra de dedicación a lo que a los ciudadanos españoles nos preocupa, se discutió ayer en el Parlamento otra de esas iniciativas que a Zapatero y sus secuaces se les ocurren cuando están leyendo en el baño: La chorrada de los apellidos.

Que Izquierda Hundida y el PSOE se dediquen a esto no me sorprende, los unos por gilipollas pasados de chiste y los otros porque las cortinas de humo ahora mismo les vienen que ni pintadas para seguir con su interminable juego de manos (juego de villanos) para tapar lo desastroso y hasta delictivo de su gestión. A los distintos sabores de nacionalistas al dente lo mismo les da ocho que ochenta mientras no les toquen la cartera, así que al lío que van con gallardo ademán que para eso les pagan las dietas. Lo inexplicable es que el representante o representantes del PP que hayan debatido esta importantísima ley no hayan subido a la tribuna, hayan mandado a esparragar a unos y otros y se hayan negado a seguir hablando sobre el asunto mientras no se arreglen cosas mucho más vitales para salvar lo que queda de España de las zarpas de los incompetentes y delincuentes que ahora mismo la gobiernan.

El castellano es lo suficientemente rico para enunciar con absoluta claridad que pongas los apellidos en el orden que los pongas, y aunque sus madres sean unas santas, Rodríguez Zapatero y Pérez Rubalcaba (y todos sus secuaces) son unos hijos de puta. Como ven, el producto no depende del orden de los apellidos.

QED.

Buen rollo

Ayer aparecieron en varios medios de comunicación las actas de las negociaciones que nunca ocurrieron entre la banda de asesinos que nunca pedimos tener y el gobierno que nunca debió llegar al poder, dejando una vez más al descubierto que este PSOE que nos ha tocado sufrir no tiene ningún problema en mentir a diestro y siniestro mientras se dedica a vaciar las arcas del Estado ya sea por torpeza o por latrocinio.

Lo más sangrante no es que tengamos un gobierno que mienta y robe (si es que esta vez se limitan a esos «pecadillos» y no se acaba descubriendo otro GAL), sino que una vez más la oposición se ponga de perfil y se dedique a mantener un perfil bajo con la que está cayendo. El tonto del haba galáico que preside el principal partido de la oposición se dedica al «buen rollo» mientras esquiva hablar del Faisán, de las actas del encamamiento entre ETA y PSOE, de los EREs de reptiles en Andalucía, de la ruina autonómica…

No sé quién habrá sido el lumbreras que ha diseñado esta estrategia del PP, pero ver al Sr. Rajoy practicando deporte para evitar preguntas que todos querríamos que contestase es un espectáculo que sería hilarante si no fuera penoso. Esta manía por mantener un perfil bajo, moderado, bajo en calorías, insípido, inodoro e incoloro no tiene explicación, salvo que en el PP sean tan idiotas como para pensar que haciendo esto no le van a sacar otro vídeo-doberman. Si es así, son absolutamente estúpidos, puesto que un PSOE capaz de cometer y encubrir todas las fechorías que están cometiendo y encubriendo y todas las que a lo largo de la breve historia democrática de España han cometido y encubierto no tendrá problema ninguno en hacer lo que haga falta para intentar obtener otra vez el poder. Es más, si esa fuera su táctica, tendrían que haber descabezado al memo de los trajes a las primeras de cambio, para evitar que lo usen día sí y día también los Chaves y compañía para justificar sus mangancias.

Señores del PP, abran por favor los ojos, y dense cuenta de que no están jugando sobre un tapete de billar sino sobre un lodazal que oculta cocodrilos, minas anti-persona y cuchillas de afeitar.

España puede que se merezca un Gobierno que mienta, pero lo que no se merece es que un gallego huevón toque el violín mientras el país arde. A este paso le va a votar su santa madre.

¿Cuánto vale el sueño?

Este fin de semana nos han cambiado el horario, como viene siendo habitual al comienzo de la primavera y al comienzo del otoño, y una vez más hemos podido ver en la tele un montón de noticias sobre la cantidad de dinero y energía que se ahorra gracias a estos cambios. Y que todo el mundo lo hace, y si lo hace todo el mundo será porque es bueno. Lo siento, no me creo nada.

Dejando aparte el argumento del millón de moscas, yo todavía no he visto por ningún lado ningún estudio serio sobre si ese ahorro es real o no, o si ese ahorro es realmente un ahorro general o sólo para algunos sectores que tienen más peso en la «economía real» que el común de los pringaos al cual pertenezco. Porque yo sí que me he echado las cuentas, y yo sí valoro ciertas cosas que los grandes economistas no tienen a bien incluir en sus hojas de cálculo.

Para un hogar normal, la luz cuesta lo mismo por la mañana que por la tarde, y me da igual encender una bombilla a las siete de la mañana que a las siete de la tarde, así que me da exactamente igual que me amanezca un poco antes o me anochezca un poco antes, las horas que tengo que consumir electricidad son exactamente las mismas, a priori. Pero no, en realidad estoy gastando más, porque yo tengo críos pequeños y además voy ya para mayor, y entre que los niños no entienden de relojes y que mi cuerpo tiene hambre y sueño cuando lo tiene y no cuando dice el gobierno de turno, el resultado es que acabo teniendo la luz encendida durante más horas, puesto que los niños me despiertan antes y mi cuerpo se empeña en dormirse después. O viceversa, según sea el cambio.

El resultado neto para las economías domésticas de estos cambios es económicamente adverso, y no sólo económicamente, puesto que duermo menos, me cuesta más esfuerzo arrancar por las mañanas o cerrar el chiringuito por las noches y en general me fastidia la vida al menos durante unos días hasta que el cuerpo vuelve a coger el nuevo ritmo. ¿Cuánto vale la productividad que pierde mi empleador porque llego más dormido de lo habitual por las mañanas? ¿Cuánto vale el esfuerzo extra que me cuesta poner a los niños en orden de revista para llevarlos al cole? ¿A cuánto se cotiza el rato de berreo porque no se quieren ir a la cama? ¿Ha calculado alguien el precio de una hora de sueño perdida?

Si no fuera porque esto viene de antes de ZP y Rubalcaba, alguien podría maliciarse que es una estrategia diseñada para que estemos aún más apijotados de lo normal y que no nos demos cuenta de que nos la están dando con queso. Hay mucho mal pensado por el mundo.

La porno de los miércoles

Hoy ha tenido lugar, como todos los miércoles en el Congreso de los Diputados eso que llaman “Sesión de control”, que no entiendo muy bien cómo puede recibir tal nombre cuando ni el formato ni los resultados hacen ningún bien a la causa parlamentaria.

Aún así, el espectáculo lírico-musical de la sesión de hoy ha sido de las que me hacen pensar en formas para mejorar definitivamente el objetivo de los sucesivos gobiernos de hacer que el sistema parlamentario español pierda el poco interés que le podría quedar. Tras asistir a lo que hoy acaeció en el lugar en el que se debería discutir el futuro de lo que pueda llegar a quedar de España tras ZP y sus secuaces, que consistió en un presunto parlamentario del PP haciendo como que amagaba que casi se iba a atrever en cualquier momento a decir algo que pudiera lejanamente incomodar a alguien y un Vicepresidente del Gobierno (y algunos cargos más) mofándose de dicho parlamentario, del resto de los parlamentarios y de los contribuyentes que le pagamos sus generosos sueldos. Si esta Oposición tuviera la más mínima intención de hacer honor a la mayúscula que he escrito, no digo que habría habido bofetadas como en otros parlamentos de naciones menos desarrolladas y cultas que España, pero que al menos una cierta trifulca se habría montado. Pero no, entre el centrismo que les aqueja y el férreo control del Presidente de la Cámara se ha vuelto a quedar todo en nada. Una vez más. Y van ya muchas, quizá demasiadas.

Pues bien, tras mucho meditar sobre lo ocurrido, creo que he llegado a la conclusión ideal para que ya nadie preste ninguna atención a lo que ocurra en estas sesiones. Hela aquí: Porno. Porno duro. Propongo que el Sr. Rubalcaba y la Sra. (o Srta., que ni conozco ni me importa su estado civil) Pajín se enzarcen en actos carnales en lo alto de la tribuna de oradores. Para hacer que todo esto sea aún más efectivo a la par que feminista, y en deferencia a la edad y problemas de salud del Sr. Rubalcaba, sugiero además que sea la Sra. (o Srta.) Pajín la que, provista de un artefacto de látex fijado a la cintura mediante correas, le de lo suyo al Sr. Rubalcaba.

De esta forma nos aseguraríamos de que no quedase nadie a quien, ni por casualidad, no le diesen ganas de vomitar los espectáculos que dan sus señorías en el Congreso.

¡Más madera…

…es la guerra!

Este fin de semana he estado un poco desconectado del mundo, pero algo me pareció oir de que estábamos en guerra. Me costaba creer que ZP, reconocido pacifista, hubiera consentido en defenderse de alguna agresión, pero mi sorpresa se acrecentó sobremanera cuando me enteré de que en realidad atacamos. Los más profundos cimientos de mi ser se vieron agitados al conocer la noticia: Nuestro ejército humanitario pegando tiros, por orden de ZP. Esta noticia me deja sumido en el más profundo desconcierto.

Mi desconcierto se acrecienta aún más ante la ausencia de conciertos protesta, de manifestaciones, de algaradas y demás demostraciones de altura moral por parte de los intelectuales y artistas progresistas que adornan España con su rectitud moral y coherencia. Estoy seguro de que pondrán solución a esto dentro de pocos minutos y que empezaremos a ver todo eso que echamos en falta por parte de estos guardianes del espíritu pacifista, estos insignes creadores de opinión, estos indispensables pensadores.

Habrá quien, con la peor intención, les acuse de no haber dicho ni mú porque es ZP (la mano que les alimenta y alienta) a quien habría que llamar asesino en esta ocasión, pero estoy seguro de que no es así. Confío plenamente en que lo que pasa es que está costandoles un poco más de tiempo organizarse para plantar cara a esta situación como se merece, y que son los facciosos de turno los que aprovechan la circunstancia para ensañarse, por pura envidia, con esta buena gente.

Para finalizar, me gustaría sugerirles a nuestros artistas e intelectuales un plan infalible para parar esta atrocidad: Fleten un avión o un barco y conviértanse en escudo humano de la pobre población libia que sufre esta situación. Estoy absolutamente seguro de que las fuerzas internacionales no se atreverán a disparar un solo tiro sabiendo que están ustedes allí.

Eso sí, es posible que las fuerzas españolas afinen incluso más la puntería. Yo lo haría.

¿Dónde está la pelotita?

Era inevitable. Tenía que pasar. La larga tradición de avispados trileros que ha adornado la geografía, especialmente la veraniega y playera, española ha llegado, o más bien se ha asentado en la política española. Así que señores, hagan sus apuestas, adivinen dónde está el batasuno.

Ya en las elecciones locales anteriores asistimos a un lamentable espectáculo judicial con las listas electorales de ANV, teniendo que sufrir el bochorno de que en cuarenta y tres ayuntamientos del Pais Vasco estemos pagando del bolsillo de los contribuyentes a una tropa de filoetarras (o etarras puros y duros, como en muchos casos la Justicia ha probado a posteriori) por repartir el pastel del dinero público entre sus colegas de banda asesina. En aquella ocasión, al menos, el muñeco se visitió de manera más discreta, consiguiendo que la gente que entró en esos consistorios no tuviera ficha policial en ese momento.

Ahora nos están tomando aún más, si cabe, por turistas alemanes hartos de cerveza en Benidorm, y nos están moviendo un espantajo llamado Sortu delante de los ojos mientras la verdadera maniobra se mantiene entre bambalinas, a ver si entre la desinformación nuclear, los 110 en autovías y otras zarandajas nos la vuelven a liar parda.

Lanzo una apuesta al aire: El Supremo anulará las listas de Sortu y los declarará una extensión de ETA, pero al cabo de la calle tendremos a filoetarras (o etarras) en los ayuntamientos. Esto ocurrirá o bien a través de otra lista «blanca» o bien en las listas de Eusko Alkartasuna. ¿Alguien se juega algo a que ocurrirá de otra manera?

Ya verán como entre el tal López, el Jesusito, Candidín, Rubalcaba, ZP y el resto de la banda nos la cuelan. Eso sí, es muy posible que a base de editoriales de diarios independientes, telediarios y vaselina la cosa no nos duela nada, nada.

De cena: Sushi nuclear.

He de admitir que no me sorprende el tratamiento que está haciendo la prensa europea en general y española en particular de los hechos ocurridos en Japón durante estos días pasados, probablemente porque soy un tipo bastante cínico y en general mala persona.

Aún así, no deja de levantarse mi ceja izquierda en señal de sorpresa cuando la gran noticia de apertura es que una central nuclear (de cincuenta y cuatro) ha sufrido una fuga radioactiva, y que ha habido que evacuar a la población circundante en un radio de veinte kilómetros. Se advierte además con gran alarde tipográfico y gran despliegue de etiquetas html que cuatro empleados han sufrido diverso grado de exposición a la radiación.

Comprendo que es una situación desagradable para las personas evacuadas, para los cuatro heridos y para cualquiera que pueda ver su vida alterada por este hecho, pero quizá, sólo quizá, no quiero pecar de cínico esta vez, haya que poner las cosas en relación con los hechos que las rodean.

Que una central nuclear (de cincuenta y cuatro) sufra una pequeña fuga durante un terremoto de casi nueve grados Richter y que las medidas de seguridad funcionen para evitar males mayores es, aparentemente y para la  extremadamente independiente prensa europea, mucho más grave que la explosión de una industria petroquímica unos kilómetros al sur de la central nuclear, que los miles de pérdidas humanas por el terremoto y el consiguiente tsunami, que las pérdidas económicas y materiales ocasionadas por esta catástrofe natural a todo lo largo y ancho de la costa del Pacífico y que, en fin, cualquier otra de las millones de historias que podrían haber sido titular.

Todo esto me mueve a pensar, una vez más, en las posibles razones para un comportamiento que a nada que se estudie no soporta un análisis racional. Quizá me estoy volviendo «conspiranóico» y me da por pensar barbaridades porque tengo tos y llevo un par de noches mal durmiendo, pero yo me pongo en el lugar de los pobres plumillas y de los esforzados medios de comunicación y tal como están las cosas no diría que no a una propina de los amables chavales de la OPEP por dar más importancia a ciertas cosas que a ciertas otras, sobre todo si ello me asegura que las propinas van a seguir cayendo.

Es que está la vida muy jodidilla, y no se puede andar uno con el bolo colgando. Especialmente si desde nuestro bien amado Gobierno de España están haciendo denodados esfuerzos porque dependamos del gas y el petróleo, sigamos pagando la energía nuclear a los franceses y perseveremos en nuestra ruinosa política energética (aunque para algunos sea tremendamente beneficiosa) orientada hacia las renovables y la «sostenibilidad» (lo que coño sea eso). A lo mejor es que a ellos les cae también alguna propinilla.

Lo dicho, debe ser la falta de sueño.

Dudas sobre el silencio

Hoy es 11 de Marzo, y se cumplen siete años de uno de los acontecimientos más negros de la historia de España, y probablemente el más negro desde el año 1978. En esta fecha me entra una duda ya añeja, respecto al silencio.

El año pasado un amigo al que por otra parte tengo por persona inteligente me afeó la conducta cuando mi natural indignación me llevó a sugerirle que el minuto de silencio no tenía lugar hasta que no se haga justicia con todos aquellos que por obligación callaron hace siete años. Yo soy muy bruto, y me ha costado todo un año de reflexión llegar a la misma conclusión. Sigo pensando que no tiene sentido guardar minutos de silencio, aplaudir y honrar la memoria de todos los inocentes que vieron segadas sus vidas aquel día hasta que no podamos hacerlo con la cabeza alta, sabiendo que los culpables (materiales e intelectuales) de aquella salvajada están encerrados bajo llave, purgando sus culpas.

Independientemente de si uno cree que las penas de prisión tienen el fin de reinsertar al recluso o de procurar que sea sodomizado tantas veces como sea posible para que no vuelva a pasarsele por la cabeza delinquir, o de si uno es partidario de la pena de muerte o no, lo que no es discutible es que el que la haga la tiene que pagar, sea de una manera o de otra. Más cuando doscientos muertos y dos mil heridos ya lo han pagado por adelantado, sin posibilidad de beneficios penitenciarios ni fines de semana en casa.

Comprendo que el gobierno socialista no tenga ninguna gana de investigar, no vaya a ser que lo que muchos sospechamos se vea refrendado por lo que las investigaciones cada vez más destapan, puesto que son una pandilla de  inmorales incultos  sin otra posibilidad que aferrarse al sillón para poder mantener su gran nivel de vida a costa de sus conciudadanos. Me cuesta, pero lo comprendo si hago el enorme esfuerzo de dejar a un lado todo lo que he ido aprendiendo a lo largo de mi vida sobre lo que está bien y está mal.

Lo que no comprendo, y por más que lo intente creo que seguiré sin comprender es como desde la oposición no empujan con toda su alma para esclarecer unos hechos que cambiaron el resultado electoral del año 2004 y se llevaron por delante tantas vidas. Aún no siendo ningún ejemplo de referentes morales, aunque sólo fuera porque les robaron la cartera deberían intentar averiguar todos los por qués de aquellos hechos.

Al final, lo único que sé es que no sé lo que me gustaría saber. Necesito que alguien me ayude a resolver mis dudas sobre el silencio.

Mis mejores deseos

Esta será una publicación breve, a cuenta de los problemas de salud del Excelentísimo Señor Ministro del Interior (y algunos cargos más), Don Alfredo Pérez Rubalcaba.

Desde aquí quería transmitirle mis deseos de un pronto final de su enfermedad.

Unicamente añadiría una sugerencia para que ese final llegara lo más rapidamente posible, y es que requiriese los servicios del Dr. Montes en lo que sería un ejemplo de coherencia política e institucional digna del insigne personaje que nos ocupa.

¿Me han vuelto a engañar?

Mientras escribía la sandez sobre las bicicletas de hace unos días no podía librarme de la sensación de haber vivido antes alguna situación parecida, pero lo achaqué a que el día en el trabajo había sido igual de poco interesante que todos los demás. Hoy, sorprendentemente, me doy cuenta de que no era por eso, sino porque una vez más los maestros de la desinformación que nos gobiernan -ojalá tuvieran la misma habilidad para mejorar España que para anestesiarla- habían conseguido agitar al personal con una noticia para ocultar otra más importante y que, en mi opinión, debería agitar mucho más las conciencias de los habitantes de un pais civilizado: La juez conmina a Rubalcaba a aportar información sobre los Tedax que participaron en la «investigación» del 11-M antes de diez días o le acusará de desobediencia.

Una vez más los honrados contribuyentes somos víctimas de la manipulación informativa que tan bien ejecutan desde el PSOE. Un año tras otro nos siguen engañando como a chinos, amagando en una dirección para que no miremos lo que tenemos que mirar. Cuando condenaron a los policías que detuvieron a los «agresores» de Bono por detención ilegal estábamos ocupados con la intervención de Afinsa y Fórum Filatélico. Cuando la crisis se nos echaba encima agitaron la nueva ley del aborto, que es una manera segura de que la derecha más religiosa se recoja la sotana y salte presa de la indignación. Cuando el asunto de los GAL estallaba se dedicaban a tener grandes disputas entre «Felipistas» y «Guerristas» .

Así que, en efecto, estaba en lo cierto cuanto tenía la sensación que tenía. Una vez más me han tomado el pelo. Otra vez se me queda cara de idiota. Puede que, al fin y a la postre, sea cierto el dicho de que los paises tienen los gobiernos que se merecen y que tenemos a estos caballeros viviendo (muy bien) de nuestro bolsillo mientras juegan a los triles con demostrada habilidad y desvían nuestras miradas hacia donde en cada momento les interesa.

Se podría admitir que como políticos esto es en realidad una virtud y no un defecto, y estaría dispuesto a aceptarlo si no fuera porque en todo esto me falla algo, mucho más grave aún que el hecho de que el Gobierno de España (el de todos, le hayamos votado o no) juegue al despiste: ¿Hacia dónde mira la Oposición? ¿Hay Oposición, en realidad?

Quizá me sería mucho más rentable a largo plazo olvidarme de los actos de un Gobierno incompetente y procurar que la  Oposición haga el trabajo por el que les pagamos (también muy bien). La verdad es que no lo sé, pero seguiré escribiendo sobre todo esto para intentar llegar a alguna conclusión distinta a la desesperanza.